martes, 1 de julio de 2008

Grifo de Lágrimas

En algunas ocasiones siento un vacío inmenso en mi interior, algo que me lleva a un pozo negro, sin fondo, del que no puedo salir, del que no sé como escapar, en el que no sé cómo caí. Ese sentimiento me es dificil controlarlo, será que soy una persona emotiva, con altibajos emocionales, que necesita ser querida, pero en esos momentos ni una palabra de alivio, ni una caricia me consuela.

De pequeña, cuando estaba desesperada por algo, por las notas, por un enfado con mi madre, una riña con un noviete o cualquier cosa típica de la edad me refugiaba en el cuarto de baño, abría el grifo a presión y comenzaba mi llanto, un llanto que me relajaba, porque aquel era mi espacio, mi pequeña burbuja donde ser yo misma y expresarme sin miedo a que me hicieran daño, a que me vieran vulnerable. Tirada en el suelo frío se apagaba mi sufrimiento. Y cuantas veces habré estado alli, en ese suelo, entre esas paredes dejando correr el agua, con mi madre tras la puerta o algún hermano que quería entrar.

Ahora cuando me siento así y necesito llorar sigo encerrándome en el baño, será la costumbre, o que es la única puerta de la casa que tiene su cerrojo o pestillo (de fácil acceso con una simple horquilla) La diferencia si es que la hay es el tamaño del baño, parece mucho más menguado, y lo es, que ya no abro el grifo (soy consciente del ahorro de agua). Y que mis problemas actuales no se solucionan ni se van con una llantina, son más profundos. Incluso cuando estoy sola en casa, entro alli a desahogarme.

Mujer Desesperada

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